2014-02-25 17.07.35Hace unos días reflexionábamos con un equipo sobre cómo llevar a cabo un proceso participativo. Hoy nos gustaría compartir una breve reflexión al respecto.

Sin duda hay muchas cuestiones y personas a tener en cuenta cuando hablamos de participación. Pero hay una que, desde nuestro punto de vista, es fundamental y a la que no se suele prestar mucha atención ante la rapidez del día a día.

¿Quién identifica cuáles van a ser las primeras preguntas? ¿Quién elabora esas preguntas importantes que nos hacemos en una organización y que van a orientar todo el proceso participativo? Está claro que es importante plantearnos quiénes y cómo van a responder a dichas preguntas. Sin embargo, algo tan importante y tan sencillo como identificar esas primeras preguntas, ese paso cero, no solemos abrirlo a la participación.

Solemos ir con esas preguntas elaboradas, esperando que el resto se sume a nuestra iniciativa y que, además, se identifique con ellas. La cuestión es cómo una organización que desea llevar a cabo un proceso participativo, está dispuesta a poner en diálogo los saberes y experiencias diferentes para construir desde los cimientos, desde la base, un proceso plural y con aportes diversos.

Esas primeras preguntas, elaboradas entre diferentes, permite enriquecer el proceso desde el inicio, permite que las personas involucradas se identifiquen desde el primer paso y contribuye, además de a empodererarse, a que se impliquen en los pasos posteriores.

Es realmente algo sencillo de llevar a cabo, que no supone un gran esfuerzo. Y de lo que puede depender todo el proceso posterior.